miércoles, 1 de agosto de 2012

UnCuentoSobreArbolesyLoPeligrososQueSon

entonces ella cortó el teléfono diciendo " de todos modos los árboles nunca serán lo suficientemente astutos para desenvolver este plan"
el reloj rojo y redondo que ella había puesto junto al teléfono cuatro días antes, se quedó extrañado y se preguntó a si mismo si efectivamente los árboles eran así de ignorantes o si podría haber dentro de ellos algo de inteligencia, o si tal vez los árboles eran tan inteligentes que habían creado revolucionarias formas de ocultar su inteligencia para que los humanos no llegaran constantemente a preguntarles cuestiones repetitivas: (  ¿ porqué estamos aquí?,¿quién soy yo?,¿de qué manera mejoramos la economía?) por lo cual entonces escondían su inteligencia bajo altas frondas de hojas y corteza aparentemente áspera.
Entonces la mujer después de cortar su teléfono rojo, el cual había colocado sobre esa misma mesa pequeña el día que llego a su casa hace casi 3 años,(sin contar el mes que tuvo que irse por cuestiones laborales a vivir fuera de su país, donde dejó su casa a cargo de la tía Elda, la cual venía dos veces al día a revisarla, barrer las esquinitas, darle de comer al gato (al negro, porque el gato café con manchas blancas murió unos meses antes de que llegara a su casa), desempolvar los cuadros familiares en las paredes, luego cerrar la puerta con llave, ponerle un seguro al portón e irse de nuevo a su casa, donde la esperaría su esposo, un bombero de más de 45 años de servicio, a quien nunca le gustó leer libros, era un aficionado de la pesca y los deportes de equipo, y que además odiaba profundamente a los diputados y al alcalde) se dispuso a salir huyendo de su casa; salió por una ventana, porque ese preciso día la tía Elda había venido y se había llevado la única llave disponible (la tía Elda podría decirse que sufre de alguna especie de trastorno psicológico debido a una caída que sufrió muchos años atrás después de caerse de un caballo en movimiento).
Salió por la ventana y se encontró a miles de árboles rugiendo y gritando su nombre.
Se tropezó con una rama y cayó sobre la casa de la tía Elda, donde estaba la tía Elda intentando abrir su casa con la llave incorrecta, mientras su esposo adentro se distraía ante el televisor

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