viernes, 2 de diciembre de 2011

UnCuentoQueTieneVariasPalabras

Y entonces llegaron a la época donde se empezaron a terminar los recursos inagotables.Se extinguía el agua, se extinguía la luz solar oculta tras una hermosa y pacífica nube negra, se extinguía el aire, y la vida.Los artistas en esa época caminaban en sembradíos enormes de billetes amarillentos que les podrían los huesos.
Amarillo el cielo era también,como un amarillo acuchillante, destructivo, enfermo.
No se si usted se acuerda pero algún día el cielo era azul, las montañas eran altas y verdes, llenas de árboles sonrientes, cálidos, profundos, con una magia irreal y una tendencia a moverse con el viento.
Aveces a los payasos no les da tiempo de amarrarse los zapatos y se tiran al mundo, desprevenidos de cualquier accidente.Usted podría decir, "es un payaso, caerse no es tan malo", pero que problema sería que mientras cae, no hubiera ningún otro ser humano (en caso de que el payaso lo fuera) que lo viera caerse para poder burlarse de él.Digamos hipotéticamente,¿que pasaría si el payaso fuera caminando por la orilla de un río a media noche, y la oscuridad no dejara que los payasos que van detrás de él a doscientos metros, puedan verlo mientras cae? Sería un problema estruendoso.Sería una catástrofe. Un hecho insólito desperdiciar una caída de tal manera.
Por eso siempre digo yo, y siempre le repito esto a la palomas que me escuchan cuando les hablo: (aunque no me gustan las palomas, que son seres bastante sucios; pero parecen poner atención a los humanos, más aún que la que nuestra especie parece poner)Siempre les digo: Nunca, pero nunca en su vida permitan por ninguna razón que un payaso no se amarre los zapatos, procuren en todo momento advertir a un payaso de esto (al menos que haya bastantes seres humanos cerca)

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