viernes, 30 de abril de 2010

UnCuentodeEsosAparatitosParaPellizcarAncianos

Tenía uno de esos aparatitos para pellizcar ancianos que tan útiles son hoy en día, no solo para pellizcar ancianos, sino también para robarle un poco de azul al cielo. Le era especialmente útil los lunes, que por lo general se vestían de algún color gritón como el amarillo o el rojo.
Iba por el mundo pellizcando ancianos y azules; y de pronto por error pellizcó un árbol, el cual nunca había llevado clases de protocolos ni ética y por eso decidió tomar un cuchillo azul y lanzárselo en los ojos.
Los ojos no paraban de sangrar, y fue así como el hombre recuperó la vista, botó su aparato para pellizcar ancianos y azules, y se acostó debajo de la esperanza, que más que esperanza era vida.

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