miércoles, 18 de agosto de 2010

UnCuentoQueNoTuvoNingunMotivoParaEscribirseyNoDejaNingunaEnseñanza

tenía en su casa una máquina negra que no tenía una utilidad alguna.
también tenía un perro.
no no se como se llamaba. siempre pensé que era irrelevante.
un día salió. no importa. no importaba el motivo.pudieron haber miles de motivos.pero no importaba el motivo,el motivo era solamente el motivo no era la acción.y ella creía y siempre creyó que lo que importaba era la acción, no el motivo.el motivo para ella era como el vaso que sostiene al agua para que no se vaya a esparcir por toda la cocina y no moje a los otros vasos, paños,cuchillos,lavatorios,piso,pero lo importante es el agua no el vaso.el vaso tampoco tenía nombre. a él probablemente le hubiera gustado tener un nombre. pero eso nunca se sabrá porque nunca nadie se atrevió a preguntarle.
Lo importante es que ella salió, (porque era una ella y eso si es importante porque de el a ella hay dos letras/igual que de oreja a oreja hay dos ojos(donde evidentemente no importa el color ni el tamaño de estos)
Mientras iba saliendo miró que las hojas caían suavemente sobre la acera, que estaba mojada (pero no por el agua del vaso, sino por la lluvia),y a las hojas nunca les importó caer.ellas disfrutaban muchísimo caer.caer para ellas era una experiencia única.
También observó que frente a ella pasó un perro (que no era el perro de ella,pues este había sido encerrado en una jaula donde pudiera vivir sin estorbar a nadie, donde tenía comida y agua, además de un pequeño muñequito con un muy molesto sonido)
Caminó y llegó a un pequeño parque lleno de niños que compartían su sabiduría y conocimientos sobre la tierra, los animales, los dibujos y esos monstruos gigantes, verdes con un solo ojo que se esconden en el armario de todos nosotros.Ella no los entendía pues ella ya no lograba asustarse con el monstruo de un solo ojo, al igual que ya no se sorprendía con las estrellas, ni se alegraba con las flores.
Cuando regresó a su casa utilizó su máquina negra sin utilidad alguna y la miró por muchas horas, hasta que su perro rompió su tranquilidad pues estaba siendo atacado por uno de esos monstruos gigantes, verdes con un solo ojo que se esconden en el armario de todos nosotros.

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